Nuestra «alma viajera» visitó con la guapísima candidata a Miss Italia, Annabella, el barrio de Santa Lucia en Nápoles. Absolutamente pintoresco y maravilloso. Además de la canción napolitana super famosa, Santa Lucía es el barrio marinero por excelencia. Arranca en el paseo marítimo que acaba en Mergelina, otro símbolo de la ciudad. El espectacular Borgo Marinari nos enamoró hace años. Hace tiempo que el barrio dejó atrás el contrabando de tabaco, pero dejó su huella, un tanto cinematográfica, en ese nudo de callejas, restaurantes y terrazas con vistas al pequeño puerto pesquero y deportivo. Con el telón de fondo del Vesubio, que mejor emplazamiento para disfrutar de la mejor gastronomía, típica en Trasatlantico, Zi’ Teresa o la La Scialuppa y degustar la cocina marinera y napolitana. Y comprobar de paso que no solo se come por allí la deliciosa pizza napolitana!!.
Dejando atrás los tópicos y volviendo a la moda, lo que más nos gusta disfrutar en Nápoles es ese estilo inigualable en la moda masculina. La sastrería napolitana es número uno en el mundo y «saber hacer» donde sus diseños se diferencian por la ligereza de sus tejidos. Ya en los años 30 la sastrería de Rubinacci, rediseño una chaqueta mucho más desestructurada, ligera y sin forro. Además el uso de colores vivos, confieren a la moda masculina, el atrevimiento y el exceso necesarios para poder presumir de un toque particular. A diferencia de un paseo por la emblemática Saville Row londinense, podemos darnos cuenta rápidamente de que la sastrería es mucho más rígida y sobria. Es quizás el clima, la luz lo que hace del carácter napolitano, la clave en todos los detalles de esta pequeña parte de Italia.